20101208

-EN BRAZOS DE LA NADA

En brazos de la nada nos mecemos
en un dulce vaivén que a veces danza,
a veces es siniestro, es esperanza
y trae consigo el tiempo que tememos.

Venimos del olvido y son terrenos
los labios del dolor con sol y lanza;
la luna resplandece cuando alcanza
a ser la sombra oscura en que nacemos.

Y el tiempo acelerado de la vida
se pierde entre dos soplos. Es sabrosa
la miel que se destila en esa herida,

la que abre en su mitad como una rosa
-partiendo el corazón y estremecida-
la nada en que este mundo así reposa.

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