20100927

En los próximos días no será posible la actualización de este archivo. Hasta pronto,

-PLEGARIA EN PROCURA DE AYUDA

La proximidad de la muerte se anuncia a través de señales en el organismo, que permiten reconocerla a los que están acostumbrados a vivir en su cercanía. Los médicos -en la forma hospitalaria de nuestra civilización, o en las variedades que el cuidado a los otros ha adoptado en otras culturas- saben distinguir cuando un cuerpo humano está ya despidiéndose. El ritmo de funcionamiento de los órganos se ralentiza, se van cerrando una tras otra las puertas de los sentidos... entonces, el pronóstico abandona todo intento de sostenimiento forzado, y simplemente se espera que el proceso complete su curso. Falta en general, sin embargo, otro tipo de acompañamiento: el que permita al que muere recorrer esa senda con orientación y guía. Padmasambhava nos ofreció en el "Bardo Thodol" una descripción de la ruta que espera siempre, y que se inicia con la solicitud de ayuda a los que saben con certeza el camino, por haberlo recorrido con éxito. El texto ritual, que hay que recitar tres veces en la proximidad del que muere, con fe sincera y en voz alta y clara, dice así: "¡Oh, Budhas y Bodhisattvas de las diez direcciones, dotados de gran compasión, que todo lo sabéis, veis y amáis, que sois el refugio de los seres! Por el poder de vuestra compasión, por favor, venid a este lugar! ¡Por favor, aceptad estas ofrendas físicas y visualizarlas! ¡Vosotros, compasivos, domináis la inconcebible sabiduría omnisciente, el poder de realizar hechos milagrosos llevados a cabo con amorosa compasión, y tenéis el poder de proteger! Oh, vosotros, compasivos, esta persona va a ir de este mundo al más allá, abandonando este mundo va a realizar el gran viaje. No tiene ningún amigo. Siente gran sufrimiento, se halla sin refugio, sin protector y sin aliados. Su percepción de esta vida está declinando. Va a dirigirse a otro reino de vida, penetrando en la densa oscuridad, cayendo en el gran abismo y perdiéndose en un denso bosque. Está dirigida por el poder de evolución, yendo hacia una vasta soledad, tragada por un inmenso océano. Es transportada por el viento de la evolución, hacia un lugar sin estabilidad, penetrando en un gran campo de batalla. Está siendo atrapada por un gran demonio, aterrorizada por los mensajeros de Yama. Va de una existencia evolutiva a otro, sin ningún poder en sí misma. Ha llegado la hora en que ha de partir, sin amigos y sola. ¡Por lo tanto, vosotros los compasivos, por favor otorgad vuestra protección a esta desamparada persona! ¡Apartadla del arreciante viento rojo de la evolución! ¡Salvadla del gran terror de Yama! ¡Rescatadla de los estrechos pasadizos del estado intermedio! ¡Ayudadla! ¡No la dejéis caer en los tres horribles estados! ¡No os apartéis de vuestros antiguos votos! ¡Extended vuestro poder de compasión! ¡Oh Budhas y Bodhisattvas, envolved a esta persona con vuestro arte y poder compasivo" ¡Cuidadla con vuestra compasión! ¡No la abandonéis al poder de la evolución negativa! ¡Ruego intensamente para que vosotros, los Tres Tesoros, Budha, Dharma y Sangha, la salvéis de sufrir en el estado intermedio!" (página 147 y 148 de la edición citada en anteriores entradas). Cuando el proceso de despedida de este mundo ha comenzado, esta plegaria abre las puertas y prepara el camino. Nuestra intención acompaña con ella a quien, por las circunstancias que el momento le depara, la necesita realmente. Y aunque sea una manera de decirlo en una tradición distinta, no se ocurre nada mejor que decir amén. Así sea también.

20100923

-LUNA LLENA DE OTOÑO

Coincidiendo con la entrada del otoño, una noche más de luna llena, en la que la celebración de la "puja", bajo formas distintas en distintas tradiciones espirituales, volverá a ponernos en sintonía con el ritmo del cosmos. La comunidad de practicantes del budismo tibetano refuerza su vínculo esta noche mediante la recitación de mantras y la ofrenda de alimentos, flores, velas e incienso.

20100922

-"BLOW HORN", dirigida por LLuís Miñarro

En la película (actualmente en cartelera, al menos en España) se acompaña con las imágenes el viaje de un grupo de practicantes budistas que han completado el retiro ritual de tres años y tres meses, en soledad y en completa dedicación a la práctica del Dharma, bajo la guía y la única presencia de los maestros del linaje. Al salir de esa práctica radicalmente transformadora, emprenden viaje hacia el monasterio de Sherab Ling, en India. Lo que el director nos presenta en el montaje es en general, silencioso, y son pocas las palabras que se escuchan, manteniendo en general como ambiente sonoro el del fluir de los acontecimientos en el mundo: el canto de los pájaros, el silencio del bosque, los cláxones de los camiones en la ciudad... Sin embargo, esas pocas palabras que escuchamos son indispensables para que la película cobre sentido. El diálogo espontáneo entre los practicantes después de la comida, las palabras justas del Lama que los recibe en India, la intervención medida de un residente en India acerca de su propósito en la vida son elementos sin los que la película carecería por completo de estructura. Resulta en parte paradójico que habiendo optado por un testimonio básicamente visual para construir el relato se haya conseguido poner en valor y destacar tan grandemente el poder inmenso de las palabras. Claro está, las palabras sólo destacan si nacen del silencio y si el silencio las envuelve. Eso la película lo consigue plenamente, y hace que obtengan su valor devocional: son ofrendas que nos hacemos mutuamente.

Y a propósito de Padmasambhava, una de las escenas más solemnes de la película corresponde a la visita a la cueva secreta de Gurú Rinpoché. El recorrido por el interior del espacio sagrado se acompaña del sonido sutil pero insistente de un cuenco de metal propio de la tradición musical tibetana, y su vibración casi callada parece darle a la imagen una enérgica contención muy hermosa.

Más información sobre la película en http://www.fotogramas.es/Peliculas/Blow-Horn

20100921

-DECIDIR POR LA VISIÓN


Abro al azar "Enseñanzas a la dakini" y encuentro lo siguiente en la página 109 de la edición citada en anteriores entradas: "El maestro dijo a Yeshe Tsogyal: Si no decides por medio de la visión, tendrás el problema de que dondequiera que vayas te acompañará la incertidumbre." La mente racional es siempre un instrumento dividido, en el que su propia lógica permite asegurar y argumentar a favor y en contra de una posición concreta, y a veces con igual firmeza. Puede ser un don, pero también un tormento. No resuelve en relación a lo que enfoca, y a menudo, cuando se trata de un aparato conceptual en plena posesión de sus facultades y no sólo de una herramienta al servicio de una decisión tomada de antemano desde otras motivaciones, sus deliberaciones y reflexiones contribuyen más a generar indecisión que a determinar un rumbo firme. Tesis y antítesis son siempre verdades posibles para un razonamiento formal. Decidir, al menos en esos casos en que la mente es realmente poderosa, se consigue sólo acudiendo a otra vía: podría decirse que se cuela entre ambas razones algo distinto, que contribuye a resolver la eternidad del dilema argumental. La visión, ajena a todo proceso analítico y lógico, sobrevenida desde un lugar distinto, puede inclinar la balanza y permite superar la incertidumbre. Puede hacerlo.
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Padmasambhava nos dice en el fragmento que hemos citado que no sólo puede hacerlo, sino que debe hacerlo. Atravesando el túnel de las razones dobles, contemplar la vía de enmedio, y desde ahí, decidir por la visión.

20100920

-MUDRAS EN ACCIÓN


Podemos apreciar primero la descripción estática de una serie de mudras, explicados cada uno de ellos como ofrenda de elementos distintos (alimento, flores, incienso, agua...), para pasar después a verlos enlazados como una serie en movimiento que acompaña la recitación de un mantra a Avalokiteshvara. Didáctico y sentido.

20100917

-MANDARAVA ante la luz

La imagen de Mandarava que recogemos hoy resulta realmente curiosa, a nuestros ojos al menos. Si bien sólo observamos un fragmento, abriéndose a la luz en actitud de respeto, parece genuflexa y el manto que le cubre la cabeza contemplado desde aquí recuerda una mantilla. La primera impresión, vista de lejos y sin atender al detalle de su vestimenta, es que nos encontramos ante la imagen de una santa occidental, entrando en éxtasis y arrobada ante la fuerza de la visión. Pero no. Es Mandarava, la princesa hindú que fue la primera de las cinco consortes de Padmasambhava.
La reiterada afinidad que puede encontrarse en la iconografía de las distintas tradiciones espirituales es seguramente indicio que confirma lo que como humanos nos enlaza: primero entre nosotros como semejanza, y luego con lo que -sin nombre- nos incluye en su seno, más amplio, inmenso, total. Al final se trata de eso: "religión" puesta a la vista en su sentido más originario, como reconexión y vínculo entre los que nos creemos seres separados. Hombres y mujeres, abiertos a la luz, se confunden aquí y allá.
No ha sido posible identificar el lugar ni la datación de lo que parece un fresco pintado en la pared, pero aparece en la portada de una biografía de Mandarava cuya referencia anotamos a continuación, y que intentaremos conseguir próximanente.
FUENTE DE LA IMAGEN: http://www.amazon.com/gp/product/0861711440/ref=s9_simz_gw_s0_p14_i1?pf_rd_m=ATVPDKIKX0DER&pf_rd_s=center-1&pf_rd_r=0HVSTRBGYPS59Z0GKBAY&pf_rd_t=101&pf_rd_p=470938131&pf_rd_i=507846

20100916

-VIDA DE MONJE

En la biografía de Padmasambhava encontramos fácilmente un cúmulo de paradojas que enriquecen la comprensión de su verdadera naturaleza. Siendo por un lado, la manifestación más libre de la energía que explora, investiga, transgrede, destruye y construye -la "loca sabiduría" de la que habla el autor del texto que citamos abajo, Chögyam Trungpa-, es también en otros momentos el que se somete estrictamente al rigor de las reglas monásticas para descubrir la condición esencial que sus prácticas sostienen. Entender lo que Trungpa sugiere en relación a ello supone un desafío para la mente analítica acostumbrada a razonar por exclusiones, pero puede presuponerse que la disciplina monástica, con sus rutinas estables, sus compromisos de conducta y el entrenamiento sostenido de ciertas actitudes, genera un espacio sólido en el que puede aparecer la condición limpia de la vida, en su fluir sin interferencias y despejado de interpretaciones, intereses, proyecciones y adherencias. Viene a la mente la analogía con un laboratorio, en el que todo el esfuerzo se centra en preservar limpio el lugar donde el experimento va a desarrollarse tal cuál es, en su verdadera condición. Quizá lo que la vida monástica posibilita es permitir que suceda así, y que los fenómenos de la vida sean sólo lo que son, en sus elementos puros y sus procesos independientes, sin otras variables que los distorsionen o influyan. Mantenerla sosteniendo sus reglas es preservar limpio el espacio en que la vida puede ser verdaderamente libre, y es posible entender que no hay contradicción en ello, aún cuando no sea sencillo ni estemos acostumbrados a verlo así. La disciplina como condición de la libertad, también eso está en la biografía de Padmasambhava como un mandato que nace de su ejemplo. El texto al que aludíamos sigue ahora: "La siguiente etapa de la vida de Padmasambhava nace de su necesidad de ser aceptado en un monasterio. Era importante que recibiera la ordenación de bhikshu o monje, y que se integrara en la vida monástica, pues ésta le proporcionaría una situación de disciplina. Padmasambhava fue ordenado por Ananda, discípulo y ayudante personal del Buda. Recibió el nombre monástico de Shakya Simha -Shakya Senge en tibetano-, que significa "León de la tribu de los shakyas". Era uno de los epítetos del Budha (llamado también a veces el "sabio de las shakyas", "Shakyamuni") y al recibir este nombre Padmasambhava se identificó con la tradición del Buda. Este hecho es de suma importancia, porque es necesario tener una relación muy estrecha con el linaje. De modo que Padmasambhava se unió al linaje y se dio cuenta del papel vital que éste desempeña.
El linaje del Buda es un linaje que se caracteriza por una cordura fundamental y constante, una manera sana de enfrentarse a la vida. Hacerse monje signfica llevar una vida sana -sana y santa-, porque consiste en compenetrarse totalmente con las cosas tal cual son. Para un monje nada pasa inadvertido. El monje encara la vida consciente de que el momento presente le permite experimentar realmente algo vivo y percibir el sentido de la totalidad, sin dejarse llevar por la pasión, la agresión ni por nada. Sencillamente enfrenta las cosas como se lo permite la vida monacal, es decir, tal cual son."(Loca Sabiduría, Ed. Kairós. Barcelona, 1994. Pág.64)

20100915

-DESGANA

El claro resplandor que hay en el cielo
se vive en uno mismo respirando;
la luz nace y renace. Si esperando
que venga desde arriba caes al suelo,

mejor dejar que pase. Corre el velo,
apaga bien las velas, sigue andando,
despierta abiertamente y conspirando
con toda el alma entrega así tu anhelo.

Ofrece sólo y siempre en la mañana
mejores las palabras y el trabajo,
la vida misma entera que amanece:

los pasos que otros dieron lo merecen.
Arranca en la raíz -fuerte y de cuajo-
la oscura oscuridad de la desgana.

20100913

-LIBERACIÓN POR LA ESCUCHA (II)

El "Bardo Thodol" se presenta como la "liberación por la escucha". Ante la proximidad de la muerte (siempre está cerca, en realidad), la compañía de los textos de Padmasambhava es una preparación impecable. En ellos se describen los escenarios que sobrevendrán después del fallecimiento y las alternativas que el alma puede encontrar ante sí. Su lectura ceremonial, y ante todo, la escucha atenta, transforma el espasmo de la agonía al que en occidente se nos ha acostumbrado en un paseo por lugares conocidos de antemano. En las prácticas de la religiosidad tibetana, constituyen la garantía más firme para no extraviarse en el camino entre vidas. La "liberación por la escucha" cumple así la función superior de guía para el alma, y le permite desentenderse de los encadenamientos al pasado vivido para abrirse a su potencial completo. Escuchar con atención plena es enlazarse a la más firme dirección. Las palabras de otro, dichas a tiempo, indican el rumbo.
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En otras circunstancias, menos dramáticas y mucho más ligeras, el sentido de la "liberación por la escucha" ha reaparecido de impreviso. Un concierto de órgano en una basílica católica, ceremonial pero sencillo en su formato, llevó también a evocar en este pasado fin de semana qué significa "liberación por la escucha". Por algunos momentos, cuando se centra la atención, el oído sólo escucha, y oye plenamente la música dinamitando el aire en vibración. Todo lo demás se detiene, y si hay ideas, mueren; y si hay palabras, se apagan. Entonces, no hay más pensamiento ni estamos ya solos. Sólo la música, común y compartida, liberándonos de nosotros mismos por la escucha para conectarnos con algo que siempre es mucho mayor. Las palabras, si son verdad, hablan de muchas maneras distintas, y así, en esta anécdota musical, también se ha puesto a prueba su valor. La liberación por la escucha no es sólo oír, sino perderse en el sonido para hallarse sin ruido en los alrededores de uno mismo.

-MANDALA DE CHAKRASAMVARA

De entre los mandalas que podemos encontrar fácilmente en la red, de vez en cuando alguno se destaca de un modo imprevisto. Explicar el motivo obliga a poner palabras donde hubo sólo una sorpresa o un destello de luz o algo moviéndose entre lo quieto... En este caso, en el espacio central donde mora la divinidad, pareció dinámico, como en esas fotografías antiguas en las que el movimiento era capturado por la sucesión de imágenes fijas. Y el azul, replicándose desde el centro hacia las cuatro esquinas, vibrante. Un mandala en movimiento, y detenido.

20100909

-NIÑO

Budha Shakyamuni predijo que las enseñanzas tántricas más elevadas serían reveladas después de su muerte terrenal por alguien que aparecería bajo una presencia milagrosa. Reconocía así que a él, nacido en forma humana, no le había sido posible mostrar plenamente las enseñanzas secretas. Pudiera pensarse que sería bajo la forma de un viejo sabio o de un gran gurú curtido por la edad cómo se presentaría en el mundo compartido el revelador de los mayores misterios. Pero no: fue un niño el que vino. La inocencia en lugar de la erudición, la juventud en vez de la experiencia, la libertad espontánea del que aparece naciendo y no las oscuras conclusiones del anciano. Padmasambhava, tal y como había predicho Budha Shakyamuni, no tuvo una presencia ordinaria ni fue común su origen, sino que en su mismo nacimiento plasmó su plena condición, la más alta y a la vez, la primera: la cualidad del amanecer de la vida, donde todo es posible. Un niño luminoso, caído del cielo sobre el lago Danakosha: en él se encarnaron las palabras que mostrarían los secretos más altos. Budha Shakyamuni lo había anunciado, y el niño vino, brillante, sobre el loto, dando cumplimiento a la profecía.
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A PARTIR DE : Fabrice Midal (2000): Mythes et dieux tibétains. Ed. du Seuil, Paris. Pag.105 y ss.

20100908

-TSECHU


En el vídeo se resume una ceremonia de Gurú Rinpoché, o "Tsechu", en algún valle de Bhutan, de las que se llevan a cabo el décimo día tras la luna nueva: jornada auspiciosa en que Padmasambhava responde a las ofrendas de sus devotos, según dejó dicho al partir del Tíbet. En las imágenes se puede ver resumida la sucesión de episodios de la ceremonia: el desfile de máscaras, entre las que aparece la de Padmasambhava dorado, las danzas rituales (también el baile de las dakinis), ofrendas de "tormas" en el altar, la thangka gigante con la imagen de Gurú Rinpoché, y la entonación final del mantra por la comunidad religiosa y la población local.

20100907

-UN MAESTRO ETERNO

La presencia de Padmasambhava en la historia del Tíbet es muy poderosa, y siendo considerado como un segundo Budha, se establece no sólo en los fundamentos más relevantes de las tradiciones budistas sino que aparece como un patrimonio cultural compartido, presente en la iconografía de templos y monasterios, y en las celebraciones populares. De entre las distintas escuelas budistas, su vínculo es especialmente estrecho con la más antigua, la llamada "Nyingma" , que lo reconoce como su maestro eterno y al que identifican como la raíz de sus prácticas. Un fragmento de "La historia del Tíbet" de Thomas Laird, en editorial Paidós (Barcelona, 2008) centra la cuestión. "La Nyingma, la primera orden, reivindica a Padmasambhava como fundador. Los Nyingmapa se llaman los "antiguos" porque son la única escuela de budismo que permanece en el Tíbet que surgió de la primera difusión del Dharma, bajo los emperadores. Aunque muchos Nyingmapa siguieron originariamente a sacerdotes casados -según el precedente establecido por Padmasambhava-, los Nyingmapa desarrollaron también una fuerte tradición monástica de celibato, como todas las órdenes posteriores del budismo en el Tíbet. Las otras órdenes reformadas se funden en torno a las enseñanzas de maestros carismáticos durante la segunda difusión del Dharma, que empieza con el retorno de monjes célibes al Tíbet Central. Cuando estas órdenes se desarrollaron, los Nyingmapa fueron los que no siguieron las reformas, los que bebieron más profundamente de las tradiciones establecidas por Padmasambhava. Aunque todos los budistas del Tíbet antes de 978 eran Nyingma, no utilizaron el término. Sólo cuando aparecieron las órdenes reformadas del budismo la orden Nyingma se convirtió en la orden de los "antiguos", y de ese modo, en una escuela distinta." (pág, 102-103). Acostumbrados como estamos en la perspectiva occidental a valorar la novedad y la reforma como algo que se presupone más próximo a la verdad y más ajustado al progreso de la luz, la mirada de Padmasambhava -y la actitud de los Nyingmapa- constituye un antídoto muy poderoso a ese tipo de ideales, cuyos mismos efectos van haciéndolos cada vez más cuestionables en nuestra civilización, convirtiéndolos más bien en ilusiones y equívocos. Un maestro resulta más fiable cuanto más remota la fuente de su presencia y más arraigada en lo eterno; una doctrina aparece más sólida cuanto menos reformas haya experimentado, y las prácticas se presentan más eficaces cuanto menor sea la distancia que hayan recorrido desde las originarias. Un maestro eterno, como Padmasambhava, no necesita aparecer -por todo ello- como maestro, y mucho menos presentarse y anunciarse como tal: basta con seguirlo y no desviarse de su efecto. Así parecen entenderlo y practicarlo los "antiguos" nyingmapas tibetanos. Anclados a su sombra brillan con él.

20100906

-ZANGDOKPALRI EN SUEÑOS

La Tierra Pura de Zangdokpalri, la Gloriosa Montaña del Cobre adonde se retiró eternamente Padmasambhava al abandonar el Tíbet, aparece aquí y allá inspirando edificios, templos y distintas formas de construcción y representación visual. La imagen muestra una de ellas, en el estado hindú de Arunachal Pradesh. El templo ha sido edificado tal y como Gurú Rinpoché lo reveló en sueños a Kyabje Terton Kunzang Dechen Lingpa Rinpoché, recibiendo con detalle indicaciones del lugar preciso en que debía alzarse, así como de las características arquitectónicas y los motivos ornamentales con que debía completarse el proyecto. Un sueño se convierte en una visión cuando su impulso dura más allá de la noche. En este caso, se precisaron años para llevarlo a cabo.

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20100903

-DÍA DE DAKINIS

Hoy es día de dakinis, según el calendario ritual tibetano: las señoras del cielo manifiestan su presencia con mayor claridad. En la imagen, un mandala realizado por la artista Julia Weaver, en agradecimiento a la reina de las dakinis y su compasión ilimitada.
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FUENTE DE LA IMAGEN: http://touchstonesofthesacred.com/artists/julia-weaver

20100902

-SIGNOS

Es humano necesitar señales que confirmen la dirección emprendida. Una vez más, Padma adopta en sus "Enseñanzas a la Dakini" la actitud del que sabe de la conveniencia de adaptarse al estado y la condición de quien las recibe, e indica en sus palabras cómo es posible reconocer la idoneidad del rumbo. El sentido del camino se valida en función de los efectos que seguirlo produce, y es así, a la manera en que los humanos podemos entenderlo, cómo se profundiza en el mensaje que Yeshe Tsogyal quiere aclarar. Una vez más, hablan los hechos.
Hay una observación final en el fragmento que llama la atención, pues a veces la no fructificación de las prácticas acaba por atribuirse a la falta del discípulo -y a menudo con razón, por cierto. Pero aquí el punto de vista que se adopta es otro, y resulta remarcable: Padma sitúa en la órbita del maestro y de su competencia, la responsabilidad por el surgimiento o no de la certeza en el discípulo. Eso no es frecuente oírlo en boca de un maestro. Asumir el peso de la duda ajena como una responsabilidad propia del que guía es algo que no muchos pueden sostener a lo largo del tiempo. Padma lo hizo, y lo dijo así según el texto:


"El maestro Padma dijo: Si no perfeccionas los signos por medio de la práctica del Dharma, las instrucciones no habrán tenido verdadero efecto.

La dama Tsogyal preguntó: ¿Qué se quiere decir con eso?

El maestro respondió: Los signos internos son que la dicha, la claridad y el no pensamiento amanecen en tu interior. Estando libre del apego hacia lo concreto y de fijación en las emociones perturbadoras, tus pensamientos se liberan por sí mismos.

Los signos medios de descubrir las bendiciones del Dharma son que éstas se manifiestan espontáneamente en tu cuerpo y palabra, y eres capaz de cortar a través de las emociones negativas, superar las dificultades y la enfermedad; las fuerzas negativas y los Maras no te pueden engañar.

Los signos externos de haber liberado tu mente por medio de la práctica del Dharma se reconocen cuando el nudo de tu apego al ego se desenreda y desaparece, libre de los ocho intereses mundanos.

En general, la certeza no surgirá si el maestro de Dharma es un incompetente. Por lo tanto, es de extrema importancia conectar con un maestro que forme parte de un linaje intacto de grandes sidhas. ¡Tenlo presente!"
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FUENTE del texto: Enseñanzas a la dakini, pág. 209. Ed. Imagina, Donostia-2006

20100901

-MUDRAS EN SERIE

En el vídeo se recrea una serie de mudras, encadenados en suave transición por el movimiento de los dedos y manos. La imagen ha sido cuidada, y la iluminación otorga a la exhibición de la práctica un carácter en cierta medida misterioso y oculto. La música elegida refuerza ese efecto. Quizá no sea estrictamente eso lo que los mudras procuran: más bien traen el misterio de la energía y el espíritu a algo tan cotidiano y próximo como nuestras propias manos -y ese es su mayor mérito-, pero el vídeo se ve con agrado y se le ha dado una presencia artística que se agradece también. Sólo advertir que la presentación dura más de un minuto. Las imágenes de las manos configurándose en mudras empiezan a partir de ahí, con un breve comentario en torno a la mitad de su metraje.