20100825

-EN LOS ORÍGENES DEL DZOGCHEN

Padmasambhava juega un papel estratégico y central en la transmisión y consolidación de buena parte de las enseñanzas budistas en el Tíbet. A veces de manera directa y otras indirecta, pero casi siempre presente en uno u otro modo. En el relato que Chögyal Namkhai Norbu ("Tantra de la fuente suprema", en Ed. Kairós, pág.78 y ss.) hace de la recepción de las enseñanzas Dzogchen también Padmasambhava tuvo su parte, en este caso, como indicador del camino que debía seguir el que las haría llegar al Tíbet. Vairochana, el gran traductor, acudió a la India obedeciendo las propuestas que Padma había hecho al rey Trisong Detsen. Como siempre, la narración detallada es fascinante. Entresacamos algunos fragmentos:
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"El rey supo a través de Padmasambhava que en la India existían unas enseñanzas más allá del principio de causa y efecto, llamadas Dzogpa Chempo, cuyos textos no habían llegado al Tíbet. Así pues, aconsejado por Padmasambhava, envió a la India a dos de los traductores tibetanos más importantes de aquel tiempo: Pagor Vairochana y Tsang Legdrub. Con gran esfuerzo y sacrificio, después de sufrir robos, agresiones y otras desgracias, así como no menos de dieciocho pruebas de gran coraje y resistencia, los dos traductores llegaron finalmente a la India. Allí supieron que el maestro más docto era Shri Simha y se dirigieron hacia el reino de Oddiyana. Cuando llegaron a Dahenna donde vivía, frente a la casa del maestro, le pidieron permiso a una anciana guardiana para encontrarse con él y el maestro, revelando que su encuentro estaba predestinado, respondió que les recibiría a medianoche..." Llegada la medianoche, Shri Simha los recibió pero advirtió que los eruditos y otros maestros habían tenido sueños funestos y se había optado por no revelar las enseñanzas. Les prometió sin embargo su ayuda y sugirió que antes recibieran otras enseñanzas previas; así hicieron, para volver después a los pies de Shri Simha. Durante el día, seguían las enseñanzas sobre la causa y el efecto, y de noche, Shri Simha les iniciaba en las de Dzogchen del siguiente modo: "El maestro Shri Simha dispuso en su habitación una caldera de terracota sobre tres grandes piedras, la rodeó con una red y entonces se introdujo en su interior. Hizo cerrar la apertura con una gran tapa, encima de la cual se puso una olla llena de agua. Por un orificio de la caldera salía una caña que, a través de un agujero en la pared de la habitación salía al exterior de la casa: a través de ella Shri Simha comunicaría sus palabras. Por su parte, Vairochana y Legdrub permanecerían en el exterior de la casa, ataviados con largos sombreros de piel de ciervo, una bolsa a cuestas y un bastón, haciéndose pasar por viajantes. A medianoche se dispusieron a escuchar las enseñanzas: Legdrub las transcribía sobre una tela de algodón de color blanco utilizando leche de cabra como tinta; Vairochana las memorizaba instantáneamente, escondiéndolas en su corazón". El secreto y la reserva parecen más bien símbolos de la delicada importancia de lo que se transmite, y escribiendo -blanco sobre blanco- o memorizando -directamente en el corazón- los que siguieron el rumbo que Padma había sugerido pudieron reconocer y transmitir a otros lo que ya estaba en ellos mismos, desde siempre. La forma en que Shri Simha permite que fluyan sus palabras nos recuerda que lo que realmente importa no debe ser dicho de cualquier modo, y que el flujo es sutil y el canal estrecho, aún cuando no sea nada distinto de lo que está siempre expuesto: reconocerlo, sin embargo, precisa algo de esfuerzo, más allá del esfuerzo. En la imagen, Vairochana y los mil Budhas.

FUENTE DE LA IMAGEN: http://www2.bremen.de/info/nepal/calendar/03/03-02.htm

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