20100318

-MISTERIO

Despreciar a un maestro con el gesto
de dar y de amagar el don que trae consigo
rompe la luz en miles de reflejos,
quiebra la espada como espejo roto
y en el fuego,
nos hace ver -retorciéndose- el espectro
cautivo entre los dos,
convulso, agónico, perplejo.
No es bueno decir sí y no
al mismo tiempo.
Se toma si es verdad de un trago,
y de un tirón se toma entero.
El resto, como siempre, no es nada
o irrumpe, si es misterio.

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