20090709

-SHERAB ZANGMO

Enfocarse en un tema ayuda a centrar la atención, y eso es de especial utilidad para las mentes curiosas y dispersas: al encontrar un eje al que servir, pueden permitirse dar vueltas. Y al girar sobre el centro, se encuentran derivaciones enriquecedoras, y estimulantes para nuevas búsquedas. Intento no perder el hilo que me lleva, el de la figura de Padmasambhava, pero conforme abro la indagación, aparecen a su alrededor pinceladas de interés. Resultan tan vivas que no puedo omitirlas aquí, aunque se alejen del eje. Una de esas derivadas es esta foto, impresionante, que encontré mientras buscaba otra cosa. Sus ojos han visto.

Retrata a una anciana monja tibetana, Sherab Zangmo. Cuando era joven, durante un retiro en la práctica de Dzogchen, permaneció a oscuras durante 49 días y 49 noches, alcanzando la visión de Yeshe Tsogyal, consorte principal de Padmasambhava. Ésta le ofreció mudras por tres veces, y llegó a fundirse con su cuerpo, su palabra y su mente. Yeshe Tsogyal y Sherab Zangmo se hicieron una plenamente. En esa experiencia, Sherab Zangmo alcanzó a conocer la verdadera naturaleza de su mente, y desde entonces, nada de lo que ha vivido, bueno o malo, ha llegado a desestabilizar esa sólida base. Una mente iluminada consiste principalmente, según cuenta, en "no pensar más que en el beneficio de los otros" y llegar a tratar las apariencias del mundo como ilusiones que no son más reales que un sueño. El corazón de Sherab Zangmo permaneció caliente bastantes días después de morir, según relataron las monjas del monasterio de Getchak, manifestando la realización del "thugdam". "Thugdam" es, en la tradición tibetana, la elevada condición que alcanzan algunos seres realizados, por la que eligen la postura en que mueren (la posición de loto suele ser la preferida) y deciden el proceso de transferencia de la conciencia hacia nuevas encarnaciones. Tiene varias manifestaciones físicas, y una de las más notables consiste en que el cuerpo, aún habiendo fallecido, sostiene durante días la postura de meditación, y aún habiendo cesado el aliento, la temperatura corporal no dismimuye.

La imagen de Sherab Zangmo en la fotografía, girando la rueda de oración y observando el destino ante sí, nos recuerda que Yeshe Tsogyal, consorte tibetana del Gurú Rinpoché, también se hace presente -como el mismo Gurú- cuando la entrega se produce. Tras 49 días y 49 noches en completa oscuridad, Yeshe Tsogyal llegó para Sherab Zangmo, y a través de ella, volvió de nuevo para todos.

Fuente: http://www.shambhalasun.com/sunspace/?p=7546

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