20090705

-"INICIACIONES E INICIADOS DEL TIBET", de Alexandra David-Neel

En mi personal aproximación a la civilización tibetana, los libros de Alexandra David-Neel jugaron un papel destacado. Un poco por azar, y algo orientado por otros que antes hicieron el mismo recorrido, acerté en acercarme a sus obras. Leí hace más de diez años "Magos y místicos del Tíbet", una de sus grandes crónicas de descubrimiento y fascinación por la cultura tibetana. En mí provocó un impacto profundo, y no por las sorpresas infinitas que sus relatos encierran, sino justamente por la poca importancia que ella misma le da a lo que explica. Siempre me gustaron esos personajes que enfrentan lo insólito y lo más extraordinario con la frialdad serena del que describe lo obvio. Así lo hizo David-Neel, y el registro minucioso y casi notarial de lo que vívió y lo que le contaron fue también, en mi caso, una puerta más que se abría hacia el Tibet. En sus relatos, esencialmente, todo es posible, pero nada tiene demasiada importancia. Esa conclusión, que siento profunda, nos vale a todos para todo. Recuerdo ahora cómo enfrenta la posibilidad de bilocación de los lamas de realización más elevada: simplemente, lo describe como un hecho. El efecto que produce -el que produjo en mí- fue equivalente a decir: "es verdad, yo lo he visto", con la seguridad que da poder ir más allá del asombro, atreviéndose a poner por delante su experiencia, y dejando en suspenso las creencias que nos llevarían a suponer imposible estar en dos sitios a la vez. Ella lo vió, y nos lo explica tan tranquilamente. Y todo así.

El texto que ahora queda archivado corresponde a otra obra de la autora, cuya lectura debe hacerse en paralelo a la de la antes citada, según ella misma recomienda. Se trata de "Iniciaciones e iniciados del Tíbet". Intentó describir algunos de los mecanismos de transmisión de sabiduría en el lamaísmo, y el tipo de vínculos que se establecen entre maestros y discípulos. Quizá lo que deba destacarse ante todo es el modo en que explicita la consideración que tiene la vida espiritual para los tibetanos: se trata de una estrategia que orienta toda su civilización, es una apuesta colectiva por desarrollar un conjunto de tecnologías de introspección profunda y de autoconocimiento por las que los humanos conseguimos ampliar nuestro propio horizonte interno. Pero no es el gurú o la divinidad quien lo facilita, sino que se trata de ir asumiendo la responsabilidad necesaria para sostener ese esfuerzo. Llegando más adentro de nosotros mismos, llegamos más lejos. Ejercitando con destreza la mirada interior, alcanzamos la reconexión con lo que nos excede; poniéndonos a prueba en nuestro potencial completo, descubrimos la naturaleza última de la realidad. Esa es la espiritualidad de los iniciados en el tantrismo tibetano que Alexandra David-Néel describió en sus obras, y también aquí.


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