20090621

-UN FRAGMENTO DE JUNG

C.G.Jung escribió un interesante prólogo para la edición inglesa de 1958 del "Libro tibetano de la gran liberación", volumen en el que se agruparon algunos textos atribuidos a Padmasambhava, una de sus biografías y otros fragmentos sobre el budismo tántrico de origen disperso, junto a un amplio estudio introductorio del Dr. W.Y.Evanz-Wentz. En ese prólogo resumió Jung algunas consideraciones perspicaces sobre el valor de la espiritualidad oriental en relación a las actitudes predominantes en occidente, y presentó también analogías muy sugerentes entre la práctica terapéutica de la psicología profunda y las doctrinas tibetanas de la autoliberación de la Mente. Dejo para los próximos días un comentario algo más detallado sobre el conjunto de lo que Jung planteó en este texto, limitándome ahora a la transcripción de un fragmento breve que señala algo que es, a mi parecer, esencial: prescindiendo de cualquier mimetismo centrado en las apariencias formales, lo realmente decisivo para nosotros, occidentales, es alcanzar la actitud implícita en la búsqueda introspectiva de oriente, y llevarla a término del modo en que resulte realmente significativa, es decir, auténticamente transformadora.


"Occidente está tomando conciencia de los rasgos particulares de la espiritualidad oriental. Es inútil quitar importancia a estas peculiaridades o construir falsos y traicioneros puentes sobre los anchos abismos. En lugar de aprender de memoria las técnicas espirituales de Oriente, e imitarlas con una actitud forzada, sería mucho mejor encarar este asunto procurando descubrir si existe en el inconsciente una tendencia vertida hacia dentro, similar a la que se ha convertido en principio espiritual conductor de Oriente. Entonces estaríamos en condiciones de construir sobre nuestro propio terreno con nuestros propios métodos. Si arrebatamos estas cosas directamente a Oriente, no haremos sino acceder a nuestra tendencia adquisitiva occidental, confirmando una vez más que "todo lo bueno está en el exterior" cuando en realidad tendríamos que buscarlas y extraerlas de nuestra áridas almas. Considero que habremos aprendido en realidad algo de Oriente cuando tomemos conciencia de que la psique contiene riquezas suficientes, sin tener que tomarlas del exterior, y cuando nos sintamos capaces de desarrollar nuestra identidad completa, con o sin la gracia divina. Pero no podemos embarcarnos en esta ambiciosa empresa, hasta no haber aprendido cómo manejar nuestro orgullo espiritual y nuestra blasfema petulancia.... Debemos acercarnos a los valores orientales desde dentro y no desde fuera, buscándolos en nosotros mismos, en nuestro inconsciente. Descubriremos entonces cuánto miedo le tenemos al inconsciente, y qué formidables son nuestras resistencias. Debido a estas resistencias negamos lo que para Oriente parece tan obvio, es decir, el poder autoliberador de la mente vertida hacia dentro"


Fuente: C.G. Jung(1958), en "Comentario Psicológico" a "El libro tibetano de la Gran liberación", Ed. Kier, Buenos Aires, 1998. pág. 24

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