Hubo una vez un tiempo hace ya tiempo
en que soñaste ser alguien distinto:
más firme la mirada, todo instinto,
y el fuego de la voz en su momento.
.
Buscaste inspiración, soltaste aliento
para darle salida al laberinto.
La daga reluciente oculta al cinto,
cortando esa ilusión, fue el instrumento:
.
no hay nada que buscar, ni el sueño ahora
permite despertar precisamente,
verdad sin espejismo que así aflora.
.
Vivir en lo que es, cuerdo o demente,
no quiere nada más: se ríe y se llora.
También esto son juegos de la mente.
.
Saka Dawa Düchen, 2009
No hay comentarios:
Publicar un comentario